NACHO y EMMA...10 años...
No eran ni las 11 de la noche cuando me despedí de todos y me fui.
Normalmente no solía ocurrir, al contrario, siempre era el último en dejar
nuestras reuniones en casa de Mauro; pero ese día, ese jueves no había sido uno más. La noticia
de que en solo pocos meses una cuarta princesa llegaría para agrandar la
familia fue suficiente para que las ganas de estar con ella, abrazarla y besarla
pesaran más que pasar el rato con ellos. Emma, mi Emma, mi mujer, la que
siempre me amó, la que me aceptó tal y como yo era con más defectos que
virtudes, la que se bancó todo, la que siempre estuvo…
Llegué a casa y al abrir la puerta me lo encontré, como siempre
esperándome paciente…Rayo. Si, él, mi peor pesadilla que con el correr de los
años y contra todo pronóstico se había convertido en un gran compañero de vida para
todo. Ya no era el cachorro con exceso de energía que había llegado una tarde a
mi antiguo loft para destrozar todo a su paso, ahora era ya un perro adulto,
sereno, algo cansado tal vez por el peso de los años y sobre todo fiel
protector de Yoni a quien siempre le regaló amor incondicional; sin dudas y
aunque haya sido difícil, recuperarlo fue una de las mejores cosas que hice por mi hijo…
Nacho: qué hacés viejo,
siempre esperándome acá frente a la puerta vos? No cambiás más grandulón.
Me agaché y le acaricié el lomo
cariñosamente, entre las tantas cosas que había aprendido en diez años estaba
el ser demostrativo. Entendí que el afecto no solo basta con sentirlo, sino que
a veces también es bueno demostrarlo.
Nacho: listo, ya
está, ya llegué. Andá con Yoni, dale.
Rayo se levantó inmediatamente al escuchar el nombre de Yoni y con
paso un tanto cansino fue hasta mi habitación…
Nacho: con Yoni te
dije, te voy llevar al veterinario a vos, estás perdiendo el oído.
Lo seguí y comprendí que no hacía falta ir hasta el veterinario,
porque allí estaba Yoni recostado al lado de Emma que dormía profundamente,
velando su sueño mientras le acariciaba el pelo con cariño, cómo tantas veces
ella lo hizo con él…
Nacho: qué pasó
Yoni, está bien?
Yoni: llegó del
médico con dolor de cabeza...
Se incorporó en la cama y con un gesto me indicó que hablara en
voz baja para no despertarla.
Nacho: pero y por qué
no me avisó? Me escribió para contarme que se confirmó el sexo del bebé y no me
dijo que se sentía mal.
Yoni: porque sabía
que ibas a venir y no quería que te pierdas la reunión.
Dejé el celular y las llaves del coche en la mesita de noche y me
acerqué hasta ella, me senté a su lado en el borde de la cama y besé su frente y
pregunté…
Nacho: tus
hermanas?
Yoni: duermen, la
abu Nelly se encargó de acostarlas y después se fue.
No pude evitar sonreír cuando Yoni mencionó a mi querida madre,
siempre indispensable, siempre imprescindible pero ya no solo en mi vida sino
también en la de mis hijos y en la de Emma…
Nacho: mmm ya veo…vos,
todo bien?
Yoni: yo me quedé
cuidando a mamá.
Mamá. Eso fue Emma para él desde el primer día y así comenzó a
llamarla desde el momento en que legalmente se convirtió en nuestro hijo
exactamente diez años atrás, cuando apenas era un nene de 6 añitos.
Nacho: y sí, como
siempre; pero me avisás la próxima, vos sabés que siempre cualquier cosa que
pase me tenés que avisar aunque ella no quiera…dale, andá a descansar y llevate
al mastodonte.
Sin decir nada asintió con un gesto dándome la razón y bostezando
se levantó de la cama, pasando por enfrente de Rayo que estaba acostado a los
pies de la cama llegó hasta la puerta y dijo:
Yoni: vení Rayo,
vamos…
Nacho: y a ver si
lo bañás mañana, haceme el favor que apesta ya…
Yoni se dio la vuelta y me miró con seriedad pero no me respondió
nada, después miró a Rayo quien no era precisamente un fanático del baño y con
voz firme le dijo:
Yoni: no lo
escuches Rayo, vamos…
Y en segundos Yoni seguido de cerca por Rayo desapareció de la
habitación, entonces volví a mirarla, a concentrarme en ella…siempre había sido
hermosa pero para mí cada embarazo la ponía más bella. Me recosté a su lado, la
abracé y besé su cuello, en ese instante suspiró y abriendo apenas los ojos me
miró.
Emma: Nacho…
Nacho: acá estoy
mi amor, dormí…
Me sonrió dulcemente y yo la besé, estirando una de sus manos
acarició mi mejilla y volvió a cerrar los ojos, despacio acaricié su hermosa
pancita de 5 meses… y en ese instante, de la nada, las imágenes vinieron a mi
mente como flashes y con ellas los recuerdos…
Cómo olvidar esa cálida tarde de verano que Chori y Helena habían
elegido para unir sus vidas? Cómo olvidar ese momento de felicidad en la vida
de mi gran amigo, ese día que marcaba un nuevo comienzo en su vida y sin
saberlo entonces, también en la mía. Cerré los ojos y me pareció verla con ese
vestido verde agua, tan femenina, tan ella…y esa conversación tuvo eco en mi
mente una vez más…
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Mauro: cómo está
el Chori miralo, está como loco pero que bueno es verlo así, misión cumplida
con él ehh…
Nacho: y yo te lo
dije, hicimos lo que teníamos que hacer…
Tomé el último trago de champagne de mi copa, la dejé en la mesa y
pasé mi brazo alrededor del hombro de Emma abrazándola…
Rocío: de qué
hablan?
Nacho: de nada
importante Rochi.
Roció miró a Mauro con cierta desconfianza y después a mí de la
misma manera, suspiró resignada al no saber de qué estábamos hablando y señalando
a Emma con un gesto preguntó:
Rocío: no te creo
pero bueno, decime…y vos? digo, ustedes dos para cuándo?
Emma: para cuándo
qué?...
Emma acarició cariñosamente mi mano que descansaba sobre su hombro
mientras con una sonrisa esperaba que Rocío hablara nuevamente.
Rocío: y el
casamiento, eso es lo que todos estamos esperando o no? Para cuándo el enlace
Moreno – Valente?
Mauro: mmm casamiento?
cómo decía el refrán?…ah sí… “hombre casado, burro domado”…le pasará al Dr.
Ignacio Aníbal Moreno?
Mauro se recostó en el respaldo de su silla cruzándose de brazos
mientras sonreía irónicamente.
Nacho: mirá, primero
la frasecita no la comparto y segundo yo
una vez ya le pedí a Emma que case
conmigo y mi propuesta fue vilmente rechazada.
Emma: Nacho no
podés! esa propuesta de casamiento fue…fue…
Sorprendida por el comentario que había hecho intentó restarle
importancia a mis palabras pero no la dejé, interrumpiéndola antes de que
pudiera terminar lo que iba a decir.
Nacho: no Emma discúlpame,
pero fue una propuesta superadora la que yo te hice y vos rechazaste, es así y
me echaste de tu casa encima…
Abrió los ojos de par en par todavía más sorprendida y antes de
que pudiera seguir argumentando en mi propia defensa fue Mauro el que
interrumpió, gozando con la situación obviamente.
Mauro: te echó? de
verdad lo echaste Emma? eso te lo guardaste Nacho, no lo contaste.
Nacho: y qué? les
tengo que contar todo? Por qué?.
Lo fulminé con la mirada mientras Emma no me quitaba la vista de
encima y Rocío procurando poner paños fríos a la situación intervenía tratando
de equilibrar el marcador.
Rocío: bueno, pero
eso ya pasó, ya fue, no creo que Emma hoy rechace un pedido de casamiento.
Y con esa intervención Roció me dio el pie perfecto para
tantearla, para saber qué era lo que ella quería después de más de seis meses
de relación estable.
Tomé aire y aflojando con mi mano libre el nudo de la corbata que
estaba literalmente asfixiándome me lancé.
Nacho: y no sé
Rochi, yo no sé si quiero arriesgarme a otro rechazo viste? A lo mejor la
propuesta tiene surgir de la otra parte, que se yo…
Mauro: ahh
bueno…Emma.
Impulsivamente se apartó de mí incorporándose en la silla, me miró
a los ojos y se quedó callada por unos segundos como si estuviera sopesando mis
palabras, hasta que finalmente habló:
Emma: Nacho vos querés
que sea yo la que te pida casamiento, la que te haga la “propuesta superadora”
según vos?
Nacho: puede ser…
Volvió a quedarse callada y mordiéndose el labio inferior me
sonrió con toda su dulzura. Nada me gustaba más que cuando se mordía el labio
inferior y si no hubiera sido porque estaba esperando algún tipo de respuesta
de su parte no hubiera podido contener mis ganas de besarla.
Emma: bueno, vos
querés que yo te haga una “propuesta superadora” pero yo tengo algo más que eso
para vos, tengo una “noticia superadora”… muy pero muy superadora…
Nacho: una
noticia? Qué noticia? a ver.
Se acercó a mí, me agarró la cara con sus manos para robarme un
pequeño beso y con un tono de voz muy suave, casi susurrando sobre mis labios
me lo dijo…
Emma: vas a ser
papá…
Esas palabras retumbaron en mis oídos una y otra vez, me aparté
apenas de ella y la miré y vi en sus ojos un brillo especial, distinto…
Nacho: qué? no, cómo?
O sea estás? Emma vos estás…
Emma: embarazada mi
amor, vamos a tener un bebé. Ahora si lo vamos a tener.
No pude decir nada, aunque había avanzado bastante en ese campo
todavía no era muy bueno demostrando mis sentimientos, solo la envolví entre
mis brazos y con todo el amor que ella había despertado en mí, la besé.
Nacho: mi amor…
La abracé contra mi pecho y ninguno dijo nada más, no hacían falta
las palabras en ese momento, sobraban, era suficiente con solo sentir; Mauro y
Roció también lo comprendieron así.
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Nuevamente dormida se dio la vuelta en la cama llamando mi
atención, alejándome de esos pensamientos, la volví a mirar y con cuidado de no
despertarla le corrí el pelo que le caía sobre la cara, entonces recordé lo
bella que se veía el día que nos casamos…
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Estaba parado en el altar junto a mi madre que inútilmente
intentaba distraerme cuando la vi entrar
del brazo de Raúl con su vista clavada en mí. Dio los primeros pasos hasta que
algo la detuvo, ese algo era más bien alguien: Yoni. Emma lo miró sorprendida
pero sonriéndole y sin dudar ni un instante lo tomó de la mano para así con su
padre y su hijo, porque eso era Yoni para ella, emprender nuevamente el camino
que la conducía directo al altar, directo a mí.
Sin miedo a exagerar puedo decir que era la novia más linda que
había visto jamás y era mía. Cuánta razón tenía Carucha cuando decía que era
como un ángel caído en un mundo lleno de mortales. Carucha, mi verdadero y
único hermano y ese día también mi padrino, el que moviendo contactos me ayudó
a que pudiera casarme con ella apenas un mes después de Chori y Helena y seis
meses antes de que naciera nuestra primera hija…
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Cansado terminé de cambiarme para acostarme a dormir pero de golpe
sentí la necesidad de verlas, salí al pasillo y abrí la primera puerta y entré
a la habitación de Mía y Martina, mis mellis de tan solo 6 años. Como casi
todas las noches, las tapé, las besé y me quedé un ratito mirándolas dormir…y
es que simplemente no terminaba de asombrarme como siendo tan idénticas podían
ser a la vez tan distintas, recuerdo que era tan difícil para mí al comienzo identificarlas
que Emma terminó poniéndoles cintitas de
colores en las muñecas para que no las confundiera más. Según mamá, Mía había
heredado mi carácter y tenía razón era una líder por naturaleza; en cambio
Martina tenía la sabiduría de Emma y entre las dos se complementaban a la
perfección, eran inseparables…
Salí de la habitación y vi luz en la pieza de Yoni señal de que
seguía despierto, probablemente jugando
a la play o bien prendido al celular chateando con sus amigos. En qué momento
se había convertido en un adolescente de 16 años? esa era la pregunta que me hacía
cada vez con más frecuencia. Decidí dejarlo tranquilo y pasé de largo para entrar
a la habitación de Isabel, mi primogénita, mi princesa Isabel…
Verla era como ver a Emma a esa edad, era un calco de su madre: los
mismos ojos, el mismo pelo, la misma piel, la misma dulzura…así como Yoni había
llegado un día a mi vida para que aprendiera a ser una mejor persona, Isabel
había llegado para que reconfirmara una vez más que el amor era el sentimiento
más lindo que uno podía experimentar en la vida. Cuando nació, la vida, mi vida
tomó un nuevo sentido…cuando nació, Dios mío, qué noche….
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Emma: Nacho, mi
amor despertate.
Estaba profundamente dormido cuando sentí la mano de Emma
sacudiéndome el hombro y su voz pronunciando mi nombre.
Nacho: mmm déjame.
Emma: Nacho,
haceme caso, necesito que te despiertes.
Volvió a insistir moviéndome un poco más fuerte que la primera
vez…
Nacho: dejame
dormir.
Emma: levantate
Nacho si no queres que tu hija nazca acá.
Con los ojos cerrados y sin intención de abrirlos le acaricié la
panza y dándome la vuelta para intentar seguir durmiendo, dije:
Nacho: mañana
hablamos de lo que quieras, dormí.
Emma: me tenés
que llevar a la clínica.
Suspiré profundamente y decidido a poner un punto final a la
charla contesté:
Nacho: te llevo
mañana.
Emma: ahora
Nacho, tengo contracciones.
Abrí los ojos de golpe cuando la escuché pronunciar esa palabra,
volví a darme la vuelta y mirándola cuestioné.
Nacho: qué?! cómo
contracciones? faltan dos semanas!!
Emma: tenemos que
ir a la clínica…ya Nacho!!! Ya!!!
Emma se tocó la panza y respiró profundamente cerrando los ojos.
La expresión de dolor en su rostro me alarmó y sin perder tiempo me levanté de la
cama para volver a preguntar:
Nacho: faltan dos
semanas…vos estás segura? yo no, no, no puede ser, no…te duele mucho?
Emma: mucho…
Volvió a abrir los ojos y su mirada se cruzó con la mía. Ahí supe
que el momento había llegado y antes de que pudiera decir nada Yoni irrumpió en
la habitación.
Yoni: qué pasa
que hacen tanto ruido?
Nacho: menos mal
que te despertaste, la clínica…este…cambiate porque Emma…tu hermana…
Ya vestido me senté en la cama para ponerme los zapatos mientras
Yoni me miraba confundido, entonces se acercó a Emma que seguía recostada y
preguntó:
Yoni: qué dice?
Emma: que vamos a
la clínica porque tu hermanita ya llega…
Nacho: la puta
madre donde dejé las llaves!!! porque me pasa esto a mí, porque me haces esto
Emma, por qué? no podías esperar las dos semanas?...
Despacio Emma se levantó de la cama mientras yo daba vuelta la
casa entera intentando encontrar las llaves del coche bajo la atenta mirada de
Yoni que sin decir nada fue hasta el lugar donde ella las ponía siempre, las
tomó y me las entregó en propias manos.
Nacho: pero donde
estaban me querés decir, las busqué por todos lados. Andá a cambiarte vos,
rápido.
Emma: Nacho no te
olvides de llevar el bolso…
Me di la vuelta y la encontré parada atrás de mi acariciándose la
panza mientras respiraba profundamente una vez más intentando que el dolor
pasara.
Nacho: qué bolso?
pero de qué me hablás Emma?
Emma: el bolso
para ir a la clínica, Nacho lo tengo preparado hace días…
La miré desesperado preguntándome en donde podía estar el bolso
cuando Yoni apareció ya perfectamente cambiado y con un bolso rosa en las
manos.
Yoni: tomá Nacho.
Nacho: y vos cómo
sabes cuál es el bolso?
Emma: porque me
ayudó a armarlo Nacho y vamos a la clínica de una vez que no aguanto más…y llamá
al médico para que nos alcance allá.
Sin decir nada Yoni la agarró de la mano y la ayudó a caminar
hasta la puerta. No sé cómo hice esa noche para llegar a la clínica, pero
llegamos. Lo cierto es que una vez allí la espera se me hizo eterna y fue una
tortura para mi ver a Emma sufrir con la llegada de cada nueva contracción.
Nacho: pero cómo
puede ser que tarde tanto el médico? es una locura, vas a cambiar de ginecólogo
Emma.
Emma: no voy a
cambiar de ginecólogo, si lo hubieras llamado cuando te dije ya estaría aquí. Pero
llamaste a Carucha y precisamente a él no lo necesitábamos en este momento.
En ese instante la enfermera entró a la habitación y con una
serenidad digna de admirar se acercó hasta Emma y mientras le controlaba el
suero le consultó:
Enfermera: cómo
estamos por aquí? duele?
Emma: bastante…
Enfermera: es normal
pero quedate tranquila que está todo bajo control.
Volvió a sufrir una contracción en ese momento y sin poder
aguantar más intervine en la conversación…
Nacho: pero cómo
va a estar tranquila con esos dolores, no la pueden medicar? denle algo por
favor!!!!
Enfermera: no se
preocupe Sr. Moreno, es normal, está todo bien. Emma, querida necesitás algo?
Emma suspiró profundamente, me miró en silencio, después miró a la
enfermera y finalmente habló:
Emma: sí, un
sedante para mi marido, un ansiolítico, algo…podría ser?
Nacho: pero que
decís Emma.
Me levanté bruscamente de la cama destinada al acompañante
despertando sin querer a Yoni que se había quedado dormido, entonces la
enfermera se dirigió a mí.
Enferma: Sr. Moreno
acompáñeme por favor.
Nacho: a dónde me
quiere llevar? no, yo no me muevo de acá.
Me tomó del brazo prácticamente arrastrándome hasta la puerta
mientras me daba una explicación que no me terminaba de cerrar.
Enfermera: tiene que
acompañarme para prepararlo para entrar a la sala de partos con su mujer.
Y así fue como la fría madrugada del 26 de agosto Isabel llegó a
nuestras vidas. Dos semanas antes de lo previsto…
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Estaba parado a los pies de la cama de Isabel cuando sentí sus
brazos rodear mi cintura abrazándome y su perfume inundando la habitación.
Emma: sabía que
te iba a encontrar acá.
Nacho: mi amor, qué
hacés levantada?
Emma: vos qué hacés
que todavía no te acostás?
Me di la vuelta y me encontré con sus hermosos ojos color turquesa
mirándome con amor, le acaricié la cara con el dorso de mi mano y después
acaricié a mi hija dentro de su vientre.
Nacho: quería
darles un beso antes, como no las vi en todo el día hoy…
Emma: mmm y para
mí no hay un beso?
Me sonrió mordiéndose los labios y pasó sus brazos alrededor de mi
cuello, la abracé pegándola a mí y sin decir nada más la besé.
Solo unos minutos después estaba ya en la cama, rendido por el
cansancio de un largo día laboral, abrazado a mí como lo hacía siempre. Le
encantaba recostarse sobre mi pecho, cerrar los ojos y que le hiciera cariños
en el pelo hasta dormirse…
Nacho: hasta
mañana mi amor…
Emma: hasta
mañana…
Besé su frente con cariño mientras seguía acariciando su pelo
suavemente, Nacho suspiró y levantando apenas la cabeza para poder verme,
mirándome a los ojos dijo:
Nacho: te amo...
Sin decir nada le acaricié la cara con una de mis manos y le robé
un pequeño beso, después se inclinó sobre mi vientre para besar a su hija y
hablarle.
Nacho: y a vos
también princesa, las amo a las dos…
Volvió a recostarse sobre mi pecho, suspiró cansado y solo unos
minutos después se durmió profundamente, acaricié su espalda mientras sus
últimas palabras para nuestra hija no paraban de rondar mi mente. Cuando
nacieron Mía y Martina habíamos decidido que con los cuatro que teníamos era
más que suficiente. Un príncipe y tres princesas era un buen número para la
dinastía Moreno Valente, sin embargo, el destino quiso que un angelito más
llegara de improviso. Nunca voy a olvidar la mezcla de espanto y desesperación
en la cara de Nacho cuando se enteró de mi embarazo.
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Emma: nooo, no
que hacés? Rayo ni se te ocurra ehh…soltalo…que lo soltés te digo!
En ese preciso instante en que estaba forcejeando con Rayo,
intentando que me entregara lo que se había llevado a la boca, Isabel seguida por Yoni entraron a mi habitación
alarmados por mis gritos.
Isabel: qué te pasa
mami?
Emma: es que Rayo
me robó el…el...nada mi vida, no me hagas caso, anda a jugar tranquila.
Nerviosa por la situación estuve a punto de cometer una
imprudencia frente a Isabel pero afortunadamente pude frenarme a tiempo y una
vez que su hermana salió de la habitación Yoni intervino.
Yoni: no me digas
que te robó el…
Emma: shhh no
quiero que tu hermana escuche. Si, me descuidé dos segundos y me lo quitó, se
lo llevó…
Yoni, defensor público de Rayo, cómplice y encubridor de sus
travesuras, riéndose por el enredo que se había armado en tan poco tiempo dijo:
Yoni: capaz se lo
llevó al patio me voy a fijar.
Emma: fijate, yo
lo busco aquí y deja de reírte que no es gracioso!
Salí de la habitación dispuesta a encontrar a ese perro a como
diera lugar; lo busqué primero en la cocina y no tuve éxito, pasé al comedor
pero tampoco estaba allí; frustrada suspiré cruzándome de brazos y en ese
momento me percaté de que lo más seguro era que estuviera escondido en la
habitación de Yoni. Sin dudar me encaminé hasta allí, pero al cruzar el living
una cola que sobresalía detrás del sillón delató su paradero y sin perder
tiempo fui hasta él.
Emma: ahhh ahí
estás! vení para acá Rayo, vení...no, no, no…te tengo, dámelo, soltalo de una
vez haceme el favor.
Apenas me vio intentó escaparse pero para retenerlo me senté sobre
él intentando inmovilizarlo y fue entonces que vi que aún lo tenía en la boca y
al parecer no pensaba soltarlo.
Emma: Rayo, por
favor te lo suplico dámelo.
Sujetándolo con mis rodillas me incliné sobre su lomo y con mis
manos hice al menos el intento de abrirle la boca y lo hubiera logrado si en
ese instante Nacho no hubiera aparecido en escena.
Nacho: Emma, amor
llegué.
Apenas sintió las pisadas de Nacho y escuchó su voz Rayo salió
disparado hacia él tirándome al suelo y con toda mi furia grité:
Emma: Rayo basta!
devolvemelo, que necesito saber si estoy…
Fastidiada por la ridícula situación que estaba viviendo me
levanté del suelo y rápidamente fui a su encuentro y lo hice lo suficientemente
tarde como para ver a Nacho con el test en la mano mientras Rayo triunfante
movía la cola mirándome, como si estuviera esperando que lo felicitara por lo
que acaba de hacer…
Nacho: estás…
Emma: qué estoy?
estoy…si? decime algo Nacho…hablá.
Nacho se aflojó el nudo de la corbata con la mano que tenía libre,
miró nuevamente el test que tenía en la otra mano, después miró a Rayo que
seguía parado a su lado sacudiendo la cola como si entendiera a la perfección
lo que estaba ocurriendo y finalmente clavó sus ojos en mí.
Nacho: Emma vos
estás…embarazada…otra vez?
No supe que responder exactamente a esa pregunta ya que eso era
justamente lo que yo quería saber cuándo me hice el test, entonces respiré
profundamente y hablé:
Emma: no sé, Rayo
me robó el test antes de que pudiera ver que salió…que salió?
Nacho: dos
rayitas, positivo, salió positivo…pero cómo, por qué Emma? habíamos quedado que
ya, ya…otro embarazo…otro parto yo no, no puedo, no…esto como puede ser…cómo
paso esto Emma? decime cómo…?
Comenzó a hablar y decir frases sin sentido, visiblemente
conmocionado por la noticia que acababa de recibir, tanto que ni siquiera se percató que Rayo volvió a
robarse el test, esta vez de su propia mano.
Emma: hace falta
que te explique cómo pasó, Moreno?
Isabel: qué fue lo
que pasó papi? qué hizo mami?
Nacho miró a Isabel que corriendo irrumpió en el living seguida
por Mía, Martina y Yoni. Ahí estaban todos sus hijos, nuestros hijos esperando
una respuesta. Se aflojó todavía más el nudo de la corbata hasta quitársela por
completo, se sentó en el sillón, se tapó la cara con las manos y suspiró
profunda y pesadamente para finalmente resignado comunicárselos.
Nacho: que van a
tener un hermanito…
Antes de que pudiera reaccionar de alguna forma Isabel, Mía y
Martina estaban sobre él abrazándolo y llenándolo de besos logrando a duras
penas arrancarle una sonrisa. Yoni se acercó también abrazándome por la espalda
y en ese instante Rayo que volvió a
aparecer en escena se paró frente a mí y con una de sus patas requirió mi
atención, lo miré y moviéndome la cola como un rato antes soltó el teste
tirándolo al suelo…entregándomelo…
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Besé su frente una vez más y así abrazada al hombre que siempre amé
y amaré me dormí en la seguridad de que en mis sueños también estaría él.
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Casi un mes pasó de aquel día que estando en casa de Mauro recibí
la noticia de que Vale venía en camino. Valentina, el nombre que después de un
sinfín de peleas habían elegido sus hermanos para nuestra cuarta princesa.
Valentina Moreno Valente.
Ese día en particular el clima de fiesta se sentía en el aire, la
casa estaba impecablemente adornada gracias a Emma y a mamá que se habían
pasado días ocupándose para que tuviéramos la más linda decoración navideña, por
supuesto con la oportuna ayuda de Isabel, Mía y Martina que colaboraron con
cada detalle y en especial con el gran árbol de Navidad que ocupaba el centro
de la sala.
Mía: Yoni me la
prendés?
Mía estiró con fuerza la remera de Yoni para llamar su atención y
una vez que lo consiguió lo miró con una sonrisa compradora mientras sostenía
la estrellita con las dos manos mostrándosela.
Yoni: te vas a
quemar como el año pasado.
Mía: el año
pasado me quemé por culpa de Rayo…préndemela…
A lo lejos vi a Mía protestar ante la negativa de Yoni que no
quiso hacerle caso. Con tres hijas mujeres y una cuarta en camino era un
verdadero alivio para mí saber que Yoni era un hermano mayor lo suficientemente
cuida y sobre protector de sus hermanas…igual por esta vez decidí intervenir.
Nacho: préndesela
Yoni, pero con cuidado hija…
Mía: si pa…
Ni bien se la prendió salió corriendo junto a sus hermanas para
seguir jugando y Yoni se sentó en el living uniéndose al abuelo Raúl, como lo
llamaba de cariño y a mí que conversábamos sobre temas de hombres, mientras las
mujeres de la familia hacían lo propio en otro rincón de la casa.
Con una de las velas que adornaba la mesa prendí la estrellita que
me había pasado Martina y se la entregué con cuidado, levanté la vista, los vi y
no pude evitar quedarme colgada mirándolos, nada me hacía más feliz que ver a
los tres hombres más importantes de mi vida compartiendo juntos: mi padre, mi marido y mi hijo. Sin dudas esa era una postal que
atesoraría en mi corazón toda la vida.
Teresita: no puedo
creer lo rápido que está creciendo esa pancita Nelly, no veo la hora de tener a
Vale con nosotros.
De golpe, la voz de mi madre charlando con Nelly llamó mi atención.
Y es que ver a dos consuegras quererse tanto y llevarse tan bien era un
verdadero placer y un privilegio que pocos tenían…en eso también era
afortunada.
Nelly: yo también
y viste lo linda que está Emma?, no hay nada que hacer, cada embarazo le sienta
mejor.
Estaban encantadas con la idea de tener otro bebé en la familia y
si fuera por ellas podríamos tener una guardería completa. Entonces suspiré
profundamente y sin hacer ruido me acerqué a ellas tomándolas desprevenidas.
Emma: las
escuche! igual les aclaro que aunque me ponga cada vez más linda esta sí que es
la última! no más sorpresas…cinco son un montón!
Nacho: no dijiste
algo parecido la última vez? y mirá como estamos…
Nacho apareció de la nada interviniendo en nuestra conversación,
se acercó hasta mi y acarició mi vientre mientras me sonreía burlonamente.
Emma: basta
Nacho, no empecés.
Nacho: listo,
listo…no me meto más en conversaciones de mujeres…
Me robó un beso y sin decir ni una sola palabra más se fue de allí
para reunirse nuevamente con mi papá y Yoni.
Yoni: gracias
abuelo, me encanta! es exactamente la que quería.
Raúl: te quiero
escuchar tocándola ehh…
Dejé a Emma con mamá y Teresita y fui junto a Yoni que estaba
enloquecido con el regalo que la acababa de entregar el abuelo…una hermosa
guitarra eléctrica…
Nacho: epa y eso?
se adelantó Papa Noel? no son las doce todavía…
Raúl: pero ya
casi es, son las once y treinta cinco…
En ese instante sentí unos bracitos rodear mi cintura abrazándome
fuerte para ansiosa preguntar una vez más en lo que iba de la noche.
Martina: papi ya
vamos a abrir los regalos?! ya esperamos mucho…
Nacho: ya pronto
corazón…
Intenté convencerla pero la noche de Navidad, Martina no era
precisamente la nena dulce y serena que solía ser durante el resto del año, se
cruzó de brazos y haciendo un puchero protesto haciéndose sentir.
Martina: pero yo
quiero ahora.
Emma: Martina
acordate qué hablamos esta tarde, andá con tus hermanas, te están esperando con
las estrellitas, andá…
Y apenas escuchó a su madre, quien como siempre intervino en el
momento justo salvando la situación, se tranquilizó y sin decir nada más aunque
con carita algo triste se alejó para ir con sus hermanas…
Nacho: se puede
saber qué le dijiste esta tarde para que se calme así?
Emma: que si esta
noche se portaba mal Papa Noel le iba a dejar su regalo a otra nena.
Emma se sentó a mi lado en el sillón y me sonrió con suficiencia
por el éxito obtenido. No había día que mi mujer no me sorprendiera, no había
día que no agradeciera por haberla encontrado, por tenerla a mi lado…
Nacho: ahh bueno…te
puso como mala el embarazo, cómo le decis eso a la pobre criatura…
Emma: a vos te
gusta cuando me pongo mala.
Se mordió el labio inferior como lo hacía siempre y acarició mi
nuca con una de sus manos.
Nacho: me encanta…
Olvidándome por completo de todos los presentes la abracé
acercándola más a mí y la besé con todo
el amor y el deseo que despertaba en mí… Hasta que de pronto volví a sentir el
sonido ensordecedor de las luces navideñas. Me aparté apenas de ella y suspirando
profundamente advertí.
Nacho: Isabel
quitale ya la música a los foquitos del árbol que no la puedo escuchar mas, no
lo soporto…
Isabel: pero no
papi a mí me gusta!
Cuando tenía esa actitud me hacía acordar a Yoni. A veces Isabel
también era una “mula” que de vez en cuando solía “empacarse”. Volví a suspirar
intentando mantener el control y tomando aire decidí utilizar la misma técnica
que mi mujer.
Nacho: no seas
desobediente. Mirá que Papá Noel ve todo y no le deja sus regalos a las nenas
que no obedecen, quitá la musiquita esa insoportable y vos de que te reís?
Emma tentada se reía con ganas mientras se atajaba la hermosa
panza que cada día crecía más, hizo un esfuerzo por calmarse y con un gesto
dijo:
Emma: vení te
digo.
Me acerqué más a ella y con un tono muy dulce y suave en su voz me
susurró explicándome:
Emma: Isabel ya
sabe que Papá Noel no existe mi amor no te acordás? con Mía y Martina funciona
todavía, con Isa no.
Me quedé en silencio mirándola mientras Emma contenía las ganas de
volver a reírse hasta que sin aguantar un solo segundo más la estridente y
monótona música navideña en mis oídos me levanté del sillón dispuesto a
terminar con esa tortura.
Nacho: la puta
madre voy a desenchufar esas luces ya…
Di un par de pasos hacía el árbol cuando sentí el brazo fuerte de
mi querida madre atajándome y su cálida voz diciendo:
Nelly: son las
doce… Feliz Navidad familia!
En ese momento los abrazos, los besos y las felicitaciones no se
hicieron esperar, saludé a todos y no pude evitar que la emoción me invadiera
al ver a la familia que había construido en estos diez años…
Sin decir nada me alejé un poco de la escena y la contemplé. Mis hijas cada vez más
grandes y hermosas disfrutando de ese momento que todos los que fuimos niños
alguna vez sabemos que es tan mágico y especial: abrir los regalos de Navidad;
junto a ellas, Yoni convertido ya en todo un hombre con sus dieciséis años cumplidos y con la firme convicción
de convertirse en un prestigioso abogado, según él, para ser como yo: su padre. Rayo algo aturdido pobre, dejándose
reconfortar por él ante el temor que le causaban las bombas pero aún así,
siempre fiel a su lado, y mi madre y mis suegros, con su sabiduría y
experiencia pilares indiscutibles de nuestra familia…
Suspiré profundamente y tomé el último trago de mi copa de
champagne cuando sentí sus brazos rodeándome, abrazándome por la espalda.
Emma: es linda
no? La familia que formamos…y grande…
Besó mi espalda y giró parándose frente a mí, me sonrió con esa
dulzura que solo ella era capaz de transmitir y pude ver en sus ojos cuánto me
amaba, aparté el mechón de pelo que le caía sobre la cara y pasé mi mano por
detrás de su cuello para acercarla a mí y besar su frente.
Nacho: la más
linda de todas…y te lo debo a vos, a tu amor que me enseñó a amar… yo siempre
creí que no estaba hecho para el amor, siempre lo dije y me convencí a mi mismo
que era así, hasta que llegaste vos y con tu ternura, con tu paciencia, con tu
amor me mostraste que no era así, me mostraste que yo también podía amar y que
no había nada más lindo que entregarse a ese sentimiento. Me cambiaste la vida
Emma, me cambiaste a mí.
Pude ver como sus ojos se pusieron brillosos apenas escuchó mis
palabras y cómo una lágrima traviesa se deslizó lentamente por su mejilla
mientras se mordía los labios y tomaba aire para hablar, entonces me agarró la
cara con las manos y con apenas un hilo de voz, mirándome a los ojos una vez
más me abrió su corazón.
Emma: te amo
tanto, te amé siempre Nacho. Desde el primer día y no cambiaría nada de lo que viví porque todo eso permitió
que hoy te tenga acá, conmigo, a mi lado, con nuestros hijos.
Le sequé las lágrimas con el dorso de mi mano y entrelacé sus
manos con las mías para besarlas cariñosamente y después besar sus labios con
todo mi amor.
Nacho: sos tan
hermosa…te amo mi amor, te amo para siempre…
La abracé fuerte contra mi pecho sintiendo cómo su corazón latía a
la par que el mío. Cada día la amaba más, la valoraba más. Emma no solo era la mujer de mi vida,
sino mi mayor sueño hecho realidad, era la mujer que me había enseñado a amar…
Con todo mi cariño y admiración para María, Joaquín y Macu, gracias por la mágica interpretación de tan bellos personajes creados por Cecilia y Marcela, quienes a través del papel y la pluma nos permitieron soñar, los llevaremos siempre en el corazón!
Avril Laksmi (Sil)
@AvriLakmsi