martes, 16 de diciembre de 2014

A primera vista - One Shot




Ese lunes sin lugar a dudas no sería uno más, ese lunes sería distinto, especial, no sabía muy bien porque pero así lo presentía…tal vez los nervios típicos de un primer día de trabajo, tal vez la curiosidad por descubrir a mis nuevos compañeros o la ansiedad que me generaba conocer a mi nuevo jefe…como sería el Dr. Ignacio Aníbal Moreno?…suspiré profundamente intentando despejar mi mente de todos esos pensamientos y me miré al espejo por última vez, estaba lista…

Odiaba los lunes y todavía más cuando venían después de un fin de semana de fiesta y placer, era por lejos el peor día de la semana, sin embargo, ese lunes tenía un condimento especial…nueva secretaría, nueva oportunidad…nueva conquista tal vez?...como sería? en los últimos años las tuve de todas clases, rubias, morenas, pelirrojas, algunas despampanantes, otras algo exóticas y alguna que otra más recatada pero eso sí, ninguna lo suficientemente eficiente para trabajar a mi lado…

Llegue a la empresa más temprano de lo habitual y con asombro comprobé que no fui el único, el “muy agradable” director de Recursos Humanos corría de un lado a otro seguido de cerca por su asistente, el nerviosismo y la ansiedad se percibía en el aire, tres nuevos empleados se sumaban a Tiny Kids esa mañana, la nueva secretaría de Presidencia, un nuevo Gerente para Contabilidad y mi nueva secretaría. Asombrado de que ese clima de ansiedad me hubiera alcanzado a mí también me encamine a mi despacho y cerrando la puerta tras de mi rogué esta vez hubieran elegido bien…

Me recline en la silla de mi escritorio y para matar el tiempo dejé volar la imaginación, como sería? o más bien, como me gustaría? rubia de ojos azules…no, una morena de ojos verdes trepada a esos tacos que solo realzan las curvas femeninas que a mí claramente me encantan…suspiré aliviado al concluir que si bien todas las elegidas no eran una luz de inteligencia, al menos tenían “impecable presencia”…de pronto, los golpes en la puerta me hicieron volver a la realidad…

Nacho: adelante…

Inmediatamente Osvaldo cruzó la puerta y la cerró detrás de sí, entonces con una sonrisa irónica y un tono sarcástico me comunicó…

Osvaldo: permiso Nacho, te traigo a tu nueva, tu nueva…secretaría…

Lo fulminé con la mirada y luego de unos segundos de silencio respondí…

Nacho: perfecto, por favor hacela pasar Osvaldo…

Sin esperar abrió la puerta de mi despacho y con una seriedad muy mal fingida y  que no lo caracterizaba para nada la llamó…

Osvaldo: Srta. Valente pase por favor…

Y entonces la Srta. Valente atravesó la puerta de mi oficina y en ese instante pude comprobar que no era nada parecida a lo que había imaginado, era distinta…alta, delgada, de pelo oscuro y tez blanca, sumamente femenina a juzgar por el vestido de terciopelo verde que hacía juego con el color de sus hermosos ojos color cielo, los  más hermosos que había visto jamás…

Osvaldo: le presento al Dr. Ignacio Aníbal Moreno, Jefe del departamento de Legales y ahora jefe suyo también, Nacho ella es la Srta. Emma Valente tu nueva secretaría…

Mi corazón se disparó cuando lo vi, desde que me confirmaron en el puesto había pasado días imaginando como sería y por fin lo tenía frente a mí…y supe en ese instante que estaba perdida, que mi corazón nunca más tendría sosiego, que ese hombre sería el amor de mi vida…me perdí en el verde de sus ojos hasta que su seductora voz me hizo reaccionar…

Nacho: Emma….

Sin ni siquiera percatarme repetí su nombre en voz alta y es que el ángel que tenía frente a mi acaparaba mi atención por completo, si, era un ángel caído del cielo directamente a mi despacho…si tan solo en ese momento hubiera sabido que ese ángel sería mío, que ese ángel marcaría un antes y un después en mi vida, mi ángel…mi Emma…

#Avril 

jueves, 11 de diciembre de 2014

Nacho y Emma, 10 años...Epílogo



NACHO y EMMA...10 años...




No eran ni las 11 de la noche cuando me despedí de todos y me fui. Normalmente no solía ocurrir, al contrario, siempre era el último en dejar nuestras reuniones en casa de Mauro; pero ese día,  ese jueves no había sido uno más. La noticia de que en solo pocos meses una cuarta princesa llegaría para agrandar la familia fue suficiente para que las ganas de estar con ella, abrazarla y besarla pesaran más que pasar el rato con ellos. Emma, mi Emma, mi mujer, la que siempre me amó, la que me aceptó tal y como yo era con más defectos que virtudes, la que se bancó todo, la que siempre estuvo…

Llegué a casa y al abrir la puerta me lo encontré, como siempre esperándome paciente…Rayo. Si, él, mi peor pesadilla que con el correr de los años y contra todo pronóstico se había convertido en un gran compañero de vida para todo. Ya no era el cachorro con exceso de energía que había llegado una tarde a mi antiguo loft para destrozar todo a su paso, ahora era ya un perro adulto, sereno, algo cansado tal vez por el peso de los años y sobre todo fiel protector de Yoni a quien siempre le regaló amor incondicional; sin dudas y aunque haya sido difícil, recuperarlo fue una de las mejores cosas que hice por mi hijo…




Nacho: qué hacés viejo, siempre esperándome acá frente a la puerta vos? No cambiás más grandulón.

Me agaché y le acaricié el lomo cariñosamente, entre las tantas cosas que había aprendido en diez años estaba el ser demostrativo. Entendí que el afecto no solo basta con sentirlo, sino que a veces también es bueno demostrarlo.

Nacho: listo, ya está, ya llegué. Andá con Yoni, dale.

Rayo se levantó inmediatamente al escuchar el nombre de Yoni y con paso un tanto cansino fue hasta mi habitación…

Nacho: con Yoni te dije, te voy llevar al veterinario a vos, estás perdiendo el oído.

Lo seguí y comprendí que no hacía falta ir hasta el veterinario, porque allí estaba Yoni recostado al lado de Emma que dormía profundamente, velando su sueño mientras le acariciaba el pelo con cariño, cómo tantas veces ella lo hizo con él…

Nacho: qué pasó Yoni, está bien?

Yoni: llegó del médico con dolor de cabeza...

Se incorporó en la cama y con un gesto me indicó que hablara en voz baja para no despertarla.

Nacho: pero y por qué no me avisó? Me escribió para contarme que se confirmó el sexo del bebé y no me dijo que se sentía mal.

Yoni: porque sabía que ibas a venir y no quería que te pierdas la reunión.

Dejé el celular y las llaves del coche en la mesita de noche y me acerqué hasta ella, me senté a su lado en el borde de la cama y besé su frente y pregunté…

Nacho: tus hermanas?

Yoni: duermen, la abu Nelly se encargó de acostarlas y después se fue.

No pude evitar sonreír cuando Yoni mencionó a mi querida madre, siempre indispensable, siempre imprescindible pero ya no solo en mi vida sino también en la de mis hijos y en la de Emma…

Nacho: mmm ya veo…vos, todo bien?

Yoni: yo me quedé cuidando a mamá.

Mamá. Eso fue Emma para él desde el primer día y así comenzó a llamarla desde el momento en que legalmente se convirtió en nuestro hijo exactamente diez años atrás, cuando apenas era un nene de 6 añitos.

Nacho: y sí, como siempre; pero me avisás la próxima, vos sabés que siempre cualquier cosa que pase me tenés que avisar aunque ella no quiera…dale, andá a descansar y llevate al mastodonte.

Sin decir nada asintió con un gesto dándome la razón y bostezando se levantó de la cama, pasando por enfrente de Rayo que estaba acostado a los pies de la cama llegó hasta la puerta y dijo:

Yoni: vení Rayo, vamos…

Nacho: y a ver si lo bañás mañana, haceme el favor que apesta ya…

Yoni se dio la vuelta y me miró con seriedad pero no me respondió nada, después miró a Rayo quien no era precisamente un fanático del baño y con voz firme le dijo:

Yoni: no lo escuches Rayo, vamos…

Y en segundos Yoni seguido de cerca por Rayo desapareció de la habitación, entonces volví a mirarla, a concentrarme en ella…siempre había sido hermosa pero para mí cada embarazo la ponía más bella. Me recosté a su lado, la abracé y besé su cuello, en ese instante suspiró y abriendo apenas los ojos me miró.

Emma: Nacho…

Nacho: acá estoy mi amor, dormí…

Me sonrió dulcemente y yo la besé, estirando una de sus manos acarició mi mejilla y volvió a cerrar los ojos, despacio acaricié su hermosa pancita de 5 meses… y en ese instante, de la nada, las imágenes vinieron a mi mente como flashes y con ellas los recuerdos…




Cómo olvidar esa cálida tarde de verano que Chori y Helena habían elegido para unir sus vidas? Cómo olvidar ese momento de felicidad en la vida de mi gran amigo, ese día que marcaba un nuevo comienzo en su vida y sin saberlo entonces, también en la mía. Cerré los ojos y me pareció verla con ese vestido verde agua, tan femenina, tan ella…y esa conversación tuvo eco en mi mente una vez más…

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Mauro: cómo está el Chori miralo, está como loco pero que bueno es verlo así, misión cumplida con él ehh…

Nacho: y yo te lo dije, hicimos lo que teníamos que hacer…

Tomé el último trago de champagne de mi copa, la dejé en la mesa y pasé mi brazo alrededor del hombro de Emma abrazándola…

Rocío: de qué hablan?

Nacho: de nada importante Rochi.

Roció miró a Mauro con cierta desconfianza y después a mí de la misma manera, suspiró resignada al no saber de qué estábamos hablando y señalando a Emma con un gesto preguntó:

Rocío: no te creo pero bueno, decime…y vos? digo, ustedes dos para cuándo?

Emma: para cuándo qué?...

Emma acarició cariñosamente mi mano que descansaba sobre su hombro mientras con una sonrisa esperaba que Rocío hablara nuevamente.

Rocío: y el casamiento, eso es lo que todos estamos esperando o no? Para cuándo el enlace Moreno – Valente?

Mauro: mmm casamiento? cómo decía el refrán?…ah sí… “hombre casado, burro domado”…le pasará al Dr. Ignacio Aníbal Moreno?

Mauro se recostó en el respaldo de su silla cruzándose de brazos mientras sonreía irónicamente.

Nacho: mirá, primero la frasecita no la comparto y segundo  yo una vez  ya le pedí a Emma que case conmigo y mi propuesta fue vilmente rechazada.

Emma: Nacho no podés! esa propuesta de casamiento fue…fue…

Sorprendida por el comentario que había hecho intentó restarle importancia a mis palabras pero no la dejé, interrumpiéndola antes de que pudiera terminar lo que iba a decir.

Nacho: no Emma discúlpame, pero fue una propuesta superadora la que yo te hice y vos rechazaste, es así y me echaste de tu casa encima…

Abrió los ojos de par en par todavía más sorprendida y antes de que pudiera seguir argumentando en mi propia defensa fue Mauro el que interrumpió, gozando con la situación obviamente.

Mauro: te echó? de verdad lo echaste Emma? eso te lo guardaste Nacho, no lo contaste.

Nacho: y qué? les tengo que contar todo? Por qué?.

Lo fulminé con la mirada mientras Emma no me quitaba la vista de encima y Rocío procurando poner paños fríos a la situación intervenía tratando de equilibrar el marcador.

Rocío: bueno, pero eso ya pasó, ya fue, no creo que Emma hoy rechace un pedido de casamiento.

Y con esa intervención Roció me dio el pie perfecto para tantearla, para saber qué era lo que ella quería después de más de seis meses de relación estable.

Tomé aire y aflojando con mi mano libre el nudo de la corbata que estaba literalmente asfixiándome me lancé.

Nacho: y no sé Rochi, yo no sé si quiero arriesgarme a otro rechazo viste? A lo mejor la propuesta tiene surgir de la otra parte, que se yo…

Mauro: ahh bueno…Emma.

Impulsivamente se apartó de mí incorporándose en la silla, me miró a los ojos y se quedó callada por unos segundos como si estuviera sopesando mis palabras, hasta que finalmente habló:

Emma: Nacho vos querés que sea yo la que te pida casamiento, la que te haga la “propuesta superadora” según vos?

Nacho: puede ser…

Volvió a quedarse callada y mordiéndose el labio inferior me sonrió con toda su dulzura. Nada me gustaba más que cuando se mordía el labio inferior y si no hubiera sido porque estaba esperando algún tipo de respuesta de su parte no hubiera podido contener mis ganas de besarla.

Emma: bueno, vos querés que yo te haga una “propuesta superadora” pero yo tengo algo más que eso para vos, tengo una “noticia superadora”… muy pero muy  superadora…

Nacho: una noticia? Qué noticia? a ver.

Se acercó a mí, me agarró la cara con sus manos para robarme un pequeño beso y con un tono de voz muy suave, casi susurrando sobre mis labios me lo dijo…

Emma: vas a ser papá…

Esas palabras retumbaron en mis oídos una y otra vez, me aparté apenas de ella y la miré y vi en sus ojos un brillo especial, distinto…

Nacho: qué? no, cómo? O sea estás? Emma vos estás…

Emma: embarazada mi amor, vamos a tener un bebé. Ahora si lo vamos a tener.

No pude decir nada, aunque había avanzado bastante en ese campo todavía no era muy bueno demostrando mis sentimientos, solo la envolví entre mis brazos y con todo el amor que ella había despertado en mí, la besé.

Nacho: mi amor…

La abracé contra mi pecho y ninguno dijo nada más, no hacían falta las palabras en ese momento, sobraban, era suficiente con solo sentir; Mauro y Roció también lo comprendieron así.



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Nuevamente dormida se dio la vuelta en la cama llamando mi atención, alejándome de esos pensamientos, la volví a mirar y con cuidado de no despertarla le corrí el pelo que le caía sobre la cara, entonces recordé lo bella que se veía el día que nos casamos…


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Estaba parado en el altar junto a mi madre que inútilmente intentaba distraerme  cuando la vi entrar del brazo de Raúl con su vista clavada en mí. Dio los primeros pasos hasta que algo la detuvo, ese algo era más bien alguien: Yoni. Emma lo miró sorprendida pero sonriéndole y sin dudar ni un instante lo tomó de la mano para así con su padre y su hijo, porque eso era Yoni para ella, emprender nuevamente el camino que la conducía directo al altar, directo a mí.

Sin miedo a exagerar puedo decir que era la novia más linda que había visto jamás y era mía. Cuánta razón tenía Carucha cuando decía que era como un ángel caído en un mundo lleno de mortales. Carucha, mi verdadero y único hermano y ese día también mi padrino, el que moviendo contactos me ayudó a que pudiera casarme con ella apenas un mes después de Chori y Helena y seis meses antes de que naciera nuestra primera hija…




   
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Cansado terminé de cambiarme para acostarme a dormir pero de golpe sentí la necesidad de verlas, salí al pasillo y abrí la primera puerta y entré a la habitación de Mía y Martina, mis mellis de tan solo 6 años. Como casi todas las noches, las tapé, las besé y me quedé un ratito mirándolas dormir…y es que simplemente no terminaba de asombrarme como siendo tan idénticas podían ser a la vez tan distintas, recuerdo que era tan difícil para mí al comienzo identificarlas que Emma  terminó poniéndoles cintitas de colores en las muñecas para que no las confundiera más. Según mamá, Mía había heredado mi carácter y tenía razón era una líder por naturaleza; en cambio Martina tenía la sabiduría de Emma y entre las dos se complementaban a la perfección, eran inseparables…

Salí de la habitación y vi luz en la pieza de Yoni señal de que seguía despierto, probablemente jugando a la play o bien prendido al celular chateando con sus amigos. En qué momento se había convertido en un adolescente de 16 años? esa era la pregunta que me hacía cada vez con más frecuencia. Decidí dejarlo tranquilo y pasé de largo para entrar a la habitación de Isabel, mi primogénita, mi princesa Isabel…

Verla era como ver a Emma a esa edad, era un calco de su madre: los mismos ojos, el mismo pelo, la misma piel, la misma dulzura…así como Yoni había llegado un día a mi vida para que aprendiera a ser una mejor persona, Isabel había llegado para que reconfirmara una vez más que el amor era el sentimiento más lindo que uno podía experimentar en la vida. Cuando nació, la vida, mi vida tomó un nuevo sentido…cuando nació, Dios mío, qué noche….

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Emma: Nacho, mi amor despertate.

Estaba profundamente dormido cuando sentí la mano de Emma sacudiéndome el hombro y su voz pronunciando mi nombre.

Nacho: mmm déjame.

Emma: Nacho, haceme caso, necesito que te despiertes.

Volvió a insistir moviéndome un poco más fuerte que la primera vez…

Nacho: dejame dormir.

Emma: levantate Nacho si no queres que tu hija nazca acá.

Con los ojos cerrados y sin intención de abrirlos le acaricié la panza y dándome la vuelta para intentar seguir durmiendo, dije:

Nacho: mañana hablamos de lo que quieras, dormí.

Emma: me tenés que llevar a la clínica.

Suspiré profundamente y decidido a poner un punto final a la charla contesté:

Nacho: te llevo mañana.

Emma: ahora Nacho, tengo contracciones.

Abrí los ojos de golpe cuando la escuché pronunciar esa palabra, volví a darme la vuelta y mirándola cuestioné.

Nacho: qué?! cómo contracciones? faltan dos semanas!!

Emma: tenemos que ir a la clínica…ya Nacho!!! Ya!!!

Emma se tocó la panza y respiró profundamente cerrando los ojos. La expresión de dolor en su rostro me alarmó y sin perder tiempo me levanté de la cama para volver a preguntar:

Nacho: faltan dos semanas…vos estás segura? yo no, no, no puede ser, no…te duele mucho?

Emma: mucho…

Volvió a abrir los ojos y su mirada se cruzó con la mía. Ahí supe que el momento había llegado y antes de que pudiera decir nada Yoni irrumpió en la habitación.

Yoni: qué pasa que hacen tanto ruido?

Nacho: menos mal que te despertaste, la clínica…este…cambiate porque Emma…tu hermana…

Ya vestido me senté en la cama para ponerme los zapatos mientras Yoni me miraba confundido, entonces se acercó a Emma que seguía recostada y preguntó:

Yoni: qué dice?

Emma: que vamos a la clínica porque tu hermanita ya llega…

Nacho: la puta madre donde dejé las llaves!!! porque me pasa esto a mí, porque me haces esto Emma, por qué? no podías esperar las dos semanas?...

Despacio Emma se levantó de la cama mientras yo daba vuelta la casa entera intentando encontrar las llaves del coche bajo la atenta mirada de Yoni que sin decir nada fue hasta el lugar donde ella las ponía siempre, las tomó y me las entregó en propias manos.

Nacho: pero donde estaban me querés decir, las busqué por todos lados. Andá a cambiarte vos, rápido.

Emma: Nacho no te olvides de llevar el bolso…

Me di la vuelta y la encontré parada atrás de mi acariciándose la panza mientras respiraba profundamente una vez más intentando que el dolor pasara.

Nacho: qué bolso? pero de qué me hablás Emma?

Emma: el bolso para ir a la clínica, Nacho lo tengo preparado hace días…

La miré desesperado preguntándome en donde podía estar el bolso cuando Yoni apareció ya perfectamente cambiado y con un bolso rosa en las manos.

Yoni: tomá Nacho.

Nacho: y vos cómo sabes cuál es el bolso?

Emma: porque me ayudó a armarlo Nacho y vamos a la clínica de una vez que no aguanto más…y llamá al médico para que nos alcance allá.

Sin decir nada Yoni la agarró de la mano y la ayudó a caminar hasta la puerta. No sé cómo hice esa noche para llegar a la clínica, pero llegamos. Lo cierto es que una vez allí la espera se me hizo eterna y fue una tortura para mi ver a Emma sufrir con la llegada de cada nueva contracción.

Nacho: pero cómo puede ser que tarde tanto el médico? es una locura, vas a cambiar de ginecólogo Emma.

Emma: no voy a cambiar de ginecólogo, si lo hubieras llamado cuando te dije ya estaría aquí. Pero llamaste a Carucha y precisamente a él no lo necesitábamos en este momento.

En ese instante la enfermera entró a la habitación y con una serenidad digna de admirar se acercó hasta Emma y mientras le controlaba el suero le consultó:

Enfermera: cómo estamos por aquí? duele?

Emma: bastante…

Enfermera: es normal pero quedate tranquila que está todo bajo control.

Volvió a sufrir una contracción en ese momento y sin poder aguantar más intervine en la conversación…

Nacho: pero cómo va a estar tranquila con esos dolores, no la pueden medicar? denle algo por favor!!!!

Enfermera: no se preocupe Sr. Moreno, es normal, está todo bien. Emma, querida necesitás algo?

Emma suspiró profundamente, me miró en silencio, después miró a la enfermera y finalmente habló:

Emma: sí, un sedante para mi marido, un ansiolítico, algo…podría ser?

Nacho: pero que decís Emma.

Me levanté bruscamente de la cama destinada al acompañante despertando sin querer a Yoni que se había quedado dormido, entonces la enfermera se dirigió a mí.

Enferma: Sr. Moreno acompáñeme por favor.

Nacho: a dónde me quiere llevar? no, yo no me muevo de acá.

Me tomó del brazo prácticamente arrastrándome hasta la puerta mientras me daba una explicación que no me terminaba de cerrar.

Enfermera: tiene que acompañarme para prepararlo para entrar a la sala de partos con su mujer.

Y así fue como la fría madrugada del 26 de agosto Isabel llegó a nuestras vidas. Dos semanas antes de lo previsto…




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Estaba parado a los pies de la cama de Isabel cuando sentí sus brazos rodear mi cintura abrazándome y su perfume inundando la habitación.

Emma: sabía que te iba a encontrar acá.

Nacho: mi amor, qué hacés levantada?

Emma: vos qué hacés que todavía no te acostás?

Me di la vuelta y me encontré con sus hermosos ojos color turquesa mirándome con amor, le acaricié la cara con el dorso de mi mano y después acaricié a mi hija dentro de su vientre.

Nacho: quería darles un beso antes, como no las vi en todo el día hoy…

Emma: mmm y para mí no hay un beso?

Me sonrió mordiéndose los labios y pasó sus brazos alrededor de mi cuello, la abracé pegándola a mí y sin decir nada más la besé.

Solo unos minutos después estaba ya en la cama, rendido por el cansancio de un largo día laboral, abrazado a mí como lo hacía siempre. Le encantaba recostarse sobre mi pecho, cerrar los ojos y que le hiciera cariños en el pelo hasta dormirse…

Nacho: hasta mañana mi amor…

Emma: hasta mañana…

Besé su frente con cariño mientras seguía acariciando su pelo suavemente, Nacho suspiró y levantando apenas la cabeza para poder verme, mirándome a los ojos dijo:

Nacho: te amo...

Sin decir nada le acaricié la cara con una de mis manos y le robé un pequeño beso, después se inclinó sobre mi vientre para besar a su hija y hablarle.

Nacho: y a vos también princesa, las amo a las dos…

Volvió a recostarse sobre mi pecho, suspiró cansado y solo unos minutos después se durmió profundamente, acaricié su espalda mientras sus últimas palabras para nuestra hija no paraban de rondar mi mente. Cuando nacieron Mía y Martina habíamos decidido que con los cuatro que teníamos era más que suficiente. Un príncipe y tres princesas era un buen número para la dinastía Moreno Valente, sin embargo, el destino quiso que un angelito más llegara de improviso. Nunca voy a olvidar la mezcla de espanto y desesperación en la cara de Nacho cuando se enteró de mi embarazo.




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Emma: nooo, no que hacés? Rayo ni se te ocurra ehh…soltalo…que lo soltés te digo!

En ese preciso instante en que estaba forcejeando con Rayo, intentando que me entregara lo que se había llevado a la boca,  Isabel seguida por Yoni entraron a mi habitación alarmados por mis gritos.

Isabel: qué te pasa mami?

Emma: es que Rayo me robó el…el...nada mi vida, no me hagas caso, anda a jugar tranquila.

Nerviosa por la situación estuve a punto de cometer una imprudencia frente a Isabel pero afortunadamente pude frenarme a tiempo y una vez que su hermana salió de la habitación Yoni intervino.

Yoni: no me digas que te robó el…

Emma: shhh no quiero que tu hermana escuche. Si, me descuidé dos segundos y me lo quitó, se lo llevó…

Yoni, defensor público de Rayo, cómplice y encubridor de sus travesuras, riéndose por el enredo que se había armado en tan poco tiempo dijo:

Yoni: capaz se lo llevó al patio me voy a fijar.

Emma: fijate, yo lo busco aquí y deja de reírte que no es gracioso!

Salí de la habitación dispuesta a encontrar a ese perro a como diera lugar; lo busqué primero en la cocina y no tuve éxito, pasé al comedor pero tampoco estaba allí; frustrada suspiré cruzándome de brazos y en ese momento me percaté de que lo más seguro era que estuviera escondido en la habitación de Yoni. Sin dudar me encaminé hasta allí, pero al cruzar el living una cola que sobresalía detrás del sillón delató su paradero y sin perder tiempo fui hasta él.

Emma: ahhh ahí estás! vení para acá Rayo, vení...no, no, no…te tengo, dámelo, soltalo de una vez haceme el favor.

Apenas me vio intentó escaparse pero para retenerlo me senté sobre él intentando inmovilizarlo y fue entonces que vi que aún lo tenía en la boca y al parecer no pensaba soltarlo.

Emma: Rayo, por favor te lo suplico dámelo.

Sujetándolo con mis rodillas me incliné sobre su lomo y con mis manos hice al menos el intento de abrirle la boca y lo hubiera logrado si en ese instante Nacho no hubiera aparecido en escena.

Nacho: Emma, amor llegué.

Apenas sintió las pisadas de Nacho y escuchó su voz Rayo salió disparado hacia él tirándome al suelo y con toda mi furia grité:

Emma: Rayo basta! devolvemelo, que necesito saber si estoy…

Fastidiada por la ridícula situación que estaba viviendo me levanté del suelo y rápidamente fui a su encuentro y lo hice lo suficientemente tarde como para ver a Nacho con el test en la mano mientras Rayo triunfante movía la cola mirándome, como si estuviera esperando que lo felicitara por lo que acaba de hacer…

Nacho: estás…

Emma: qué estoy? estoy…si? decime algo Nacho…hablá.

Nacho se aflojó el nudo de la corbata con la mano que tenía libre, miró nuevamente el test que tenía en la otra mano, después miró a Rayo que seguía parado a su lado sacudiendo la cola como si entendiera a la perfección lo que estaba ocurriendo y finalmente clavó sus ojos en mí.

Nacho: Emma vos estás…embarazada…otra vez?

No supe que responder exactamente a esa pregunta ya que eso era justamente lo que yo quería saber cuándo me hice el test, entonces respiré profundamente y hablé:

Emma: no sé, Rayo me robó el test antes de que pudiera ver que salió…que salió?

Nacho: dos rayitas, positivo, salió positivo…pero cómo, por qué Emma? habíamos quedado que ya, ya…otro embarazo…otro parto yo no, no puedo, no…esto como puede ser…cómo paso esto Emma? decime cómo…?

Comenzó a hablar y decir frases sin sentido, visiblemente conmocionado por la noticia que acababa de recibir, tanto que  ni siquiera se percató que Rayo volvió a robarse el test, esta vez de su propia mano.

Emma: hace falta que te explique cómo pasó, Moreno?

Isabel: qué fue lo que pasó papi? qué hizo mami?

Nacho miró a Isabel que corriendo irrumpió en el living seguida por Mía, Martina y Yoni. Ahí estaban todos sus hijos, nuestros hijos esperando una respuesta. Se aflojó todavía más el nudo de la corbata hasta quitársela por completo, se sentó en el sillón, se tapó la cara con las manos y suspiró profunda y pesadamente para finalmente resignado comunicárselos.

Nacho: que van a tener un hermanito…

Antes de que pudiera reaccionar de alguna forma Isabel, Mía y Martina estaban sobre él abrazándolo y llenándolo de besos logrando a duras penas arrancarle una sonrisa. Yoni se acercó también abrazándome por la espalda y en ese instante  Rayo que volvió a aparecer en escena se paró frente a mí y con una de sus patas requirió mi atención, lo miré y moviéndome la cola como un rato antes soltó el teste tirándolo al suelo…entregándomelo…


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Besé su frente una vez más y así abrazada al hombre que siempre amé y amaré me dormí en la seguridad de que en mis sueños también estaría él.

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Casi un mes pasó de aquel día que estando en casa de Mauro recibí la noticia de que Vale venía en camino. Valentina, el nombre que después de un sinfín de peleas habían elegido sus hermanos para nuestra cuarta princesa. Valentina Moreno Valente.

Ese día en particular el clima de fiesta se sentía en el aire, la casa estaba impecablemente adornada gracias a Emma y a mamá que se habían pasado días ocupándose para que tuviéramos la más linda decoración navideña, por supuesto con la oportuna ayuda de Isabel, Mía y Martina que colaboraron con cada detalle y en especial con el gran árbol de Navidad que ocupaba el centro de la sala.

Mía: Yoni me la prendés?

Mía estiró con fuerza la remera de Yoni para llamar su atención y una vez que lo consiguió lo miró con una sonrisa compradora mientras sostenía la estrellita con las dos manos mostrándosela.

Yoni: te vas a quemar como el año pasado.

Mía: el año pasado me quemé por culpa de Rayo…préndemela…

A lo lejos vi a Mía protestar ante la negativa de Yoni que no quiso hacerle caso. Con tres hijas mujeres y una cuarta en camino era un verdadero alivio para mí saber que Yoni era un hermano mayor lo suficientemente cuida y sobre protector de sus hermanas…igual por esta vez decidí intervenir.

Nacho: préndesela Yoni, pero con cuidado hija…

Mía: si pa…

Ni bien se la prendió salió corriendo junto a sus hermanas para seguir jugando y Yoni se sentó en el living uniéndose al abuelo Raúl, como lo llamaba de cariño y a mí que conversábamos sobre temas de hombres, mientras las mujeres de la familia hacían lo propio en otro rincón de la casa.

Con una de las velas que adornaba la mesa prendí la estrellita que me había pasado Martina y se la entregué con cuidado, levanté la vista, los vi y no pude evitar quedarme colgada mirándolos, nada me hacía más feliz que ver a los tres hombres más importantes de mi vida compartiendo juntos: mi padre, mi marido y mi hijo. Sin dudas esa era una postal que atesoraría en mi corazón toda la vida.

Teresita: no puedo creer lo rápido que está creciendo esa pancita Nelly, no veo la hora de tener a Vale con nosotros.

De golpe, la voz de mi madre charlando con Nelly llamó mi atención. Y es que ver a dos consuegras quererse tanto y llevarse tan bien era un verdadero placer y un privilegio que pocos tenían…en eso también era afortunada.

Nelly: yo también y viste lo linda que está Emma?, no hay nada que hacer, cada embarazo le sienta mejor.

Estaban encantadas con la idea de tener otro bebé en la familia y si fuera por ellas podríamos tener una guardería completa. Entonces suspiré profundamente y sin hacer ruido me acerqué a ellas tomándolas desprevenidas.

Emma: las escuche! igual les aclaro que aunque me ponga cada vez más linda esta sí que es la última! no más sorpresas…cinco son un montón!

Nacho: no dijiste algo parecido la última vez? y mirá como estamos…

Nacho apareció de la nada interviniendo en nuestra conversación, se acercó hasta mi y acarició mi vientre mientras me sonreía burlonamente.

Emma: basta Nacho, no empecés.

Nacho: listo, listo…no me meto más en conversaciones de mujeres…

Me robó un beso y sin decir ni una sola palabra más se fue de allí para reunirse nuevamente con mi papá y Yoni.

Yoni: gracias abuelo, me encanta! es exactamente la que quería.

Raúl: te quiero escuchar tocándola ehh…

Dejé a Emma con mamá y Teresita y fui junto a Yoni que estaba enloquecido con el regalo que la acababa de entregar el abuelo…una hermosa guitarra eléctrica…

Nacho: epa y eso? se adelantó Papa Noel? no son las doce todavía…

Raúl: pero ya casi es, son las once y treinta cinco…

En ese instante sentí unos bracitos rodear mi cintura abrazándome fuerte para ansiosa preguntar una vez más en lo que iba de la noche.

Martina: papi ya vamos a abrir los regalos?! ya esperamos mucho…

Nacho: ya pronto corazón…

Intenté convencerla pero la noche de Navidad, Martina no era precisamente la nena dulce y serena que solía ser durante el resto del año, se cruzó de brazos y haciendo un puchero protesto haciéndose sentir.

Martina: pero yo quiero ahora.

Emma: Martina acordate qué hablamos esta tarde, andá con tus hermanas, te están esperando con las estrellitas, andá…

Y apenas escuchó a su madre, quien como siempre intervino en el momento justo salvando la situación, se tranquilizó y sin decir nada más aunque con carita algo triste se alejó para ir con sus hermanas…

Nacho: se puede saber qué le dijiste esta tarde para que se calme así?

Emma: que si esta noche se portaba mal Papa Noel le iba a dejar su regalo a otra nena.

Emma se sentó a mi lado en el sillón y me sonrió con suficiencia por el éxito obtenido. No había día que mi mujer no me sorprendiera, no había día que no agradeciera por haberla encontrado, por tenerla a mi lado…

Nacho: ahh bueno…te puso como mala el embarazo, cómo le decis eso a la pobre criatura…

Emma: a vos te gusta cuando me pongo mala.

Se mordió el labio inferior como lo hacía siempre y acarició mi nuca con una de sus manos.

Nacho: me encanta…

Olvidándome por completo de todos los presentes la abracé acercándola más a mí  y la besé con todo el amor y el deseo que despertaba en mí… Hasta que de pronto volví a sentir el sonido ensordecedor de las luces navideñas. Me aparté apenas de ella y suspirando profundamente advertí.

Nacho: Isabel quitale ya la música a los foquitos del árbol que no la puedo escuchar mas, no lo soporto…

Isabel: pero no papi a mí me gusta!

Cuando tenía esa actitud me hacía acordar a Yoni. A veces Isabel también era una “mula” que de vez en cuando solía “empacarse”. Volví a suspirar intentando mantener el control y tomando aire decidí utilizar la misma técnica que mi mujer.

Nacho: no seas desobediente. Mirá que Papá Noel ve todo y no le deja sus regalos a las nenas que no obedecen, quitá la musiquita esa insoportable y vos de que te reís?

Emma tentada se reía con ganas mientras se atajaba la hermosa panza que cada día crecía más, hizo un esfuerzo por calmarse y con un gesto dijo:

Emma: vení te digo.

Me acerqué más a ella y con un tono muy dulce y suave en su voz me susurró explicándome:

Emma: Isabel ya sabe que Papá Noel no existe mi amor no te acordás? con Mía y Martina funciona todavía, con Isa no.

Me quedé en silencio mirándola mientras Emma contenía las ganas de volver a reírse hasta que sin aguantar un solo segundo más la estridente y monótona música navideña en mis oídos me levanté del sillón dispuesto a terminar con esa tortura.

Nacho: la puta madre voy a desenchufar esas luces ya…

Di un par de pasos hacía el árbol cuando sentí el brazo fuerte de mi querida madre atajándome y su cálida voz diciendo:

Nelly: son las doce… Feliz Navidad familia!

En ese momento los abrazos, los besos y las felicitaciones no se hicieron esperar, saludé a todos y no pude evitar que la emoción me invadiera al ver a la familia que había construido en estos diez años…

Sin decir nada me alejé un poco de la escena  y la contemplé. Mis hijas cada vez más grandes y hermosas disfrutando de ese momento que todos los que fuimos niños alguna vez sabemos que es tan mágico y especial: abrir los regalos de Navidad; junto a ellas, Yoni convertido ya en todo un hombre con sus dieciséis años cumplidos y con la firme convicción de convertirse en un prestigioso abogado, según él, para ser como yo:  su padre. Rayo algo aturdido pobre, dejándose reconfortar por él ante el temor que le causaban las bombas pero aún así, siempre fiel a su lado, y mi madre y mis suegros, con su sabiduría y experiencia pilares indiscutibles de nuestra familia…

Suspiré profundamente y tomé el último trago de mi copa de champagne cuando sentí sus brazos rodeándome, abrazándome por la espalda.

Emma: es linda no? La familia que formamos…y grande…

Besó mi espalda y giró parándose frente a mí, me sonrió con esa dulzura que solo ella era capaz de transmitir y pude ver en sus ojos cuánto me amaba, aparté el mechón de pelo que le caía sobre la cara y pasé mi mano por detrás de su cuello para acercarla a mí y besar su frente.

Nacho: la más linda de todas…y te lo debo a vos, a tu amor que me enseñó a amar… yo siempre creí que no estaba hecho para el amor, siempre lo dije y me convencí a mi mismo que era así, hasta que llegaste vos y con tu ternura, con tu paciencia, con tu amor me mostraste que no era así, me mostraste que yo también podía amar y que no había nada más lindo que entregarse a ese sentimiento. Me cambiaste la vida Emma, me cambiaste a mí.

Pude ver como sus ojos se pusieron brillosos apenas escuchó mis palabras y cómo una lágrima traviesa se deslizó lentamente por su mejilla mientras se mordía los labios y tomaba aire para hablar, entonces me agarró la cara con las manos y con apenas un hilo de voz, mirándome a los ojos una vez más me abrió su corazón.

Emma: te amo tanto, te amé siempre Nacho. Desde el primer día y no cambiaría  nada de lo que viví porque todo eso permitió que hoy te tenga acá, conmigo, a mi lado, con nuestros hijos.

Le sequé las lágrimas con el dorso de mi mano y entrelacé sus manos con las mías para besarlas cariñosamente y después besar sus labios con todo mi amor.

Nacho: sos tan hermosa…te amo mi amor, te amo para siempre…

La abracé fuerte contra mi pecho sintiendo cómo su corazón latía a la par que el mío. Cada día la amaba más, la valoraba más. Emma no solo era la mujer de mi vida, sino mi mayor sueño hecho realidad, era la mujer que me había enseñado a amar… 



Con todo mi cariño y admiración para María, Joaquín y Macu, gracias por la mágica interpretación de tan bellos personajes creados por Cecilia y Marcela, quienes a través del papel y la pluma nos permitieron soñar, los llevaremos siempre en el corazón!

Avril Laksmi (Sil)

@AvriLakmsi